Soy Jesús, practicante apasionado de yoga Iyengar desde hace más de 5 años, profesor, entrenador y fundador de CORPOREVIVO, un centro de entrenamiento integral donde el cuerpo no se separa de la mente ni del alma.
Quiero compartir algunas reflexiones sobre la importancia del yoga en la vida actual, especialmente aquí en Occidente, donde vivimos atravesados por el estrés, la velocidad y la desconexión.
Vivimos en una sociedad que lo quiere todo ya, donde lo inmediato prima sobre lo profundo, donde se premia el hacer constante y se olvida el ser. En este contexto, el yoga no es un lujo ni una moda: es una necesidad. No hablo solo del yoga como ejercicio físico —aunque eso ya sería bastante en una era de cuerpos tensos y corazones acelerados—, sino del yoga como vía de transformación, como práctica de presencia, de honestidad y de regreso a lo esencial.
Lamentablemente, el yoga en Occidente a menudo se ha diluido. Se ha convertido en un producto más dentro del escaparate del bienestar, reducido a posturas vistosas, frases motivadoras y cuentas de Instagram. Se ha vaciado de contenido para volverse «accesible», pero al hacerlo ha perdido, en muchos casos, su potencia como camino.
Sin embargo, cada vez más personas sienten que algo no encaja. Que vivir con ansiedad crónica no es normal. Que desconectarse del cuerpo no es saludable. Que estar todo el día distraídos no es libertad. Y ahí es donde el yoga —el auténtico yoga— puede hacer una diferencia real.
En CORPOREVIVO defendemos una práctica honesta, exigente y amorosa a la vez. En mi experiencia con el método Iyengar he aprendido a habitar el cuerpo con precisión y conciencia. No se trata de llegar lejos, sino de llegar dentro. De integrar, de afinar, de escuchar. No se trata de huir del dolor, sino de aprender a estar con lo que hay, y desde ahí, crecer.
El yoga no es una vía de escape: es una vía de entrada.
Y hoy más que nunca, en medio del ruido y del exceso, necesitamos espacios que nos devuelvan al silencio, al cuerpo y a lo real. Porque, en última instancia, el yoga no solo cambia cómo te mueves: cambia cómo vives.
Si algo de esto resuena contigo, si sientes que ha llegado tu momento de empezar a mirar hacia dentro, te espero en CORPOREVIVO. Con los pies descalzos, la respiración profunda y el corazón disponible.



